William Wallace, nombre del protagonista en "Braveheart" (Mel Gibson) es un rebelde escocés, que lidera una revuelta popular contra el cruel rey Eduardo I de Inglaterra apodado "Longshanks" (El Zanquilargo) (Patrick McGoohan), que quiere conseguir para él la corona de Escocia y quedarse el país, aprovechando que el último rey no tuvo herederos.
De niño (hacia 1280) Wallace perdió a su padre y a su hermano a manos de los ingleses, y muchos otros han sido asesinados desde entonces. El joven William pasó entonces a la tutela de su tío Argyle (Brian Cox), y lo lleva al extranjero para que tenga una buena formación. Años después vuelve a Escocia con la intención de vivir en paz. Pero no puede ser. Longshanks endurece su opresión al restablecer el Ius primae noctis (el derecho de pernada).
Cuando su amada Murron McGlannough (Catherine McCormack), con la que se había casado en secreto, es asesinada por el Sheriff de Lanark (porque ella y Wallace se enfrentaron a los ingleses que la intentaron violar), su determinación de luchar a muerte para liberar a Escocia del yugo inglés ya no tiene marcha atrás. Su valor, carisma e inteligencia hace que sus filas se llenen de voluntarios, como los miembros de su clan, su amigo de la infancia Hamish Campbell (Brendan Gleeson), y el carismático irlandés Stephen el Loco (David O'Hara) llevando a los escoceses a infligir a los ingleses una humillante derrota en Stirling.
Tras la victoria, Wallace es nombrado "Guardián de Escocia" por los nobles, pero es consciente del oportunismo y la desunión de éstos, a los que Longshanks ha comprado con prebendas. El dubitativo Robert Bruce (Angus MacFadyen), heredero al trono de Escocia, se debate entre los consejos de su padre leproso (interpretado por Ian Bannen) de pactar con Inglaterra y su deseo de seguir los pasos de Wallace.
Consciente de que el enemigo volvería, invade el norte de Inglaterra y conquista York. Pero William encuentra una inesperada aliada en la esposa del afeminado príncipe de Gales, la princesa Isabel (Sophie Marceau) a quien el tirano había enviado a negociar para ganar tiempo, pero ella se pone de su parte y ambos tienen un intenso romance.
Longshanks envía a todas sus fuerzas para enfrentarse a Wallace, entre otras, tropas irlandesas y tropas procedentes de Francia. Gracias a la dama de compañía de la princesa Isabel, Wallace se entera del movimiento de tropas de Longshanks y se reúne con los nobles, los cuales desean pactar con el rey inglés, Wallace consigue la palabra de Robert Bruce de que los nobles lucharán.
Finalmente, se inicia la Batalla de Falkirk, Longshanks envía a los irlandeses contra Wallace y sus tropas, pero los irlandeses, se unen a los escoceses. Las tropas de Wallace, ahora con los irlandeses de su lado cargan contra la infantería inglesa, se produce una intensa batalla pero al mirar a su retaguardia, Wallace se percata de que los nobles huyen con sus tropas, entonces Longshanks ordena disparar a sus arqueros aunque sabe que también daran a sus propias tropas, la lluvia diezma tanto a escoceses como a ingleses y el tiránico rey inglés, ordena a sus refuerzos atacar, y se retira, dando por ganada la contienda, el propio Wallace es herido en el pecho por una flecha. Pero Wallace, coge su caballo y se lanza en persecución de los ingleses, un caballero se bate con él y logra derribarlo. Cuando se acerca a Wallace tendido en el suelo, aparentemente inconsciente, este logra desenmascararlo, cuando se da cuenta de que es el propio Robert Bruce.
Wallace y los suyos reorganizan la resistencia. Los nobles que le traicionaron en Falkirk mueren por su mano. Wallace ya se ha convertido en un mito y es más peligroso que nunca para los ingleses. Sin embargo, él sabe que sin el apoyo de la nobleza, no hay nada que hacer. Por eso se arriesga a reunirse con ellos en Edimburgo, a petición de Bruce (quien realmente desea ponerse de su lado). Pero los demás nobles tienen otros planes y Wallace es capturado por los ingleses, para desesperación del joven Bruce, quien culpa del engaño a su padre moribundo.
Wallace es llevado a Londres, condenado por traición, brutalmente torturado y decapitado después de gritar ¡¡LIBERTAD!!. Pero su sacrificio no ha sido en vano. Eduardo I de Inglaterra fallece y le sucede el débil y afeminado Eduardo II. Años más tarde Robert Bruce es rey de Escocia, pero debe rendir vasallaje al monarca inglés.
En vez de eso, Bruce decide luchar y arenga a sus soldados diciendo "habéis sangrado con Wallace, sangrad ahora conmigo". Vence en la Batalla de Bannockburn (1314) a un ejército inglés superior en número. Escocia ya es libre.
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